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Relatos

En el año 1620, cuenta la crónica, un terrible suceso, acaecido en un pequeño pueblo a las afueras de Madrid.

En él se narra los horribles crímenes ocurridos en una noche de invierno.

Dos familias de cuatro miembros, residentes en lados opuestos del pueblo, aparecieron asesinadas en el interior de sus hogares.

Cuentan fuentes policiales lo sádico de sus asesinatos. El asesino no fué encontrado, no dejó pistas, ni siquiera se pudo averiguar por dónde entro en las casas. Todas las puertas y ventanas estaban cerradas por dentro.

Las dos familias tenían un siniestro sello en común. Cada una de las víctimas. Un afilado bastón de caramelo insertado en cada uno de sus huecos oculares.

En ese momento comenzó la leyenda de Candy Cane Murder. Nombre que le puso la prensa Británica que se hizo eco de tan macabro e insólito delito.

Navegaremos por la historia buscando su rastro e intentando desenmarañar sus siniestras motivaciones. 

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